Me siento como,
un libro sin estructura,
un mapa sin países,
una cama sin sabana o
un desayuno sin leche.
Mi orgullo me mata,
y siempre me deja noches sola
sufriendo por algo superable
que justamente el propio orgullo no me deja solucionar.
Lo peor es,
que,
no puedo cambiarlo.
(siempre he querido aquel girasol, porque siempre tengo el orgullo de no cogerlo)
dun
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